‘LA PALABRA’ DE ALFREDO BIKONDOA EN LA XIII EDICIÓN DE LA BIENAL DE LA HABANA, CUBA

14/04/19 al 14/05/19 
La instalación escultórica ‘La Palabra’ en el Malecón de La Habana dentro del proyecto Detrás del Muro. en la XIII edición de la Bienal de La Habana

 

La XIII edición de la Bienal de La Habana, uno de los más importantes acontecimientos culturales de la América Latina, acoge por vez primera y como proyecto central la tercera edición de Detrás del Muro – Escenario Líquido, una fascinante propuesta al aire libre que se desarrolla a lo largo del Malecón, creada y comisariada por Juan Delgado Calzadilla, donde más de 60 artistas internacionales de diversas nacionalidades muestran sus obras en un magnífico despliegue de creatividad, calidad y originalidad, a lo largo del litoral habanero. En palabras del comisario: “Defendemos al arte como una oportunidad para transformar la manera en la que los seres humanos interactuamos en el espacio público. No en balde hemos sido invitados, además, a celebrar el 500 aniversario de nuestra capital por la Oficina del Historiador, ofrecimiento que nos permitirá extender en tiempo y espacio nuestro gesto de gratitud hacia esta maravillosa ciudad.”

 

En la punta del Malecón, frente al Faro del Castillo del Morro y la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, se encuentra emplazada la obra de Bikondoa, La Palabra, una imponente instalación escultórica que comprende un monumental libro de tres metros de altura, realizado en madera recubierta de zinc y cientos de zapatos/botas/pies de cemento. Dos muros líquidos, para Detrás del Muro. Dos muros, una metáfora, el decurso vital del ser humano para La construcción de lo posible, porque… ¿qué hay más importante que la ‘construcción’ de la evolución interior del ser humano?

 

En palabras del propio autor: “Traté de construir dos muros que representasen, en su verticalidad, la superficie marina, para ello el zinc me aportó lo necesario… La Palabra es un libro entreabierto cuya portada, plagada de letras, representa el conocimiento y por ello mira hacia el Faro, símbolo de la búsqueda del mismo. La contraportada, asaetada por cientos de enormes clavos, representa el sufrimiento y dirige su mirada a la Fortaleza, símbolo de resistencia. Del libro entreabierto emanan cientos de pasos en cemento, escenario alegórico del decurso vital del ser humano, ya que evolucionamos bien a través del conocimiento, bien a través del sufrimiento.”

 

La palabra como vía de conocimiento.
“Recientemente, oí pronunciar a la genial cantante Patti Smith: “La palabra es y será el arma más bella del mundo”, suscribiendo sus palabras yo añadiría “y la más poderosa”. Para mí es muy importante la palabra, pero en ocasiones siento que el hombre ha sobredimensionado esa importancia,, es un arma de doble filo puesto que también se utiliza para seducir y engañar. No obstante me interesa la palabra como vía de conocimiento. Aquella que sale del corazón, y no del corazón afectivo, sino del núcleo, del Hara como dicen los japoneses. Al principio de los tiempos el hombre tan sólo emitía sonidos guturales, no poseía el poder de la palabra, pero ésta se desarrolló empujada por su predecesor, el pensamiento. Nadie puede rendirse ante la palabra bien articulada. La palabra no es algo fijo o sólido, es interpretativa, de una misma palabra se pueden sacar distintas conclusiones, ya que no tiene vida propia, tiene la vida que nosotros le otorgamos. La palabra te puede elevar o hundir. El sabio conoce bien ese poder y por ello cuida mucho sus palabras. Se ha elogiado mucho a la palabra. Se dice que la palabra es plata y el silencio es oro. A mí me interesa el silencio de la palabra. Cuando la palabra y la “no palabra” se unen, surge la palabra transformadora, ésa que tiene la capacidad de cambiar de arriba abajo y de adentro a afuera a todo el ser sensible que la escucha. Esa palabra es una palabra con centro magnético y su sonido resuena como el trueno en el centro del universo. En nuestro centro.”